lunes, 6 de julio de 2015

Reflexión

Un trabajo cooperativo bien planteado, presenta incuestionables ventajas tanto para el aprendizaje como para la enseñanza. Si a ello le unimos que el trabajo sea original y creativo, podemos tener los elementos perfectos para atraer la atención del estudiante y mantener su motivación. En este sentido, la asignatura de matemáticas y la programación ofrecen enormes posibilidades para plantear situaciones didácticas de manera que los alumnos validen sus propios conocimientos teóricos, o bien desde un enfoque más constructivista (Piaget) plantear situaciones adidácticas de manera que los alumnos descubran por sí mismos, los conocimientos que les permitirán resolver el problema. Cuando seguimos esta metodología de trabajo, no se debe olvidar la fase final de "institucionalización" del saber por parte del profesor: 
"Por supuesto, todo puede reducirse a la institucionalización. Las situaciones de enseñanza tradicionales son situaciones de institucionalización pero sin que el profesor se ocupe de la creación del sentido: se dice lo que se desea que el alumno sepa, se le explica y se verifica que lo haya aprendido. Al principio los investigadores estaban un poco obnubilados por las situaciones adidácticas porque era lo que más le faltaba a la enseñanza tradicional.” Guy Brousseau (1994) 

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